domingo, 14 de mayo de 2017

Reconstruyéndome.

Veo, las ramas brotar de mí como nuevas ráfagas de viento que me llenan y purifican.

Abrazo, las gotas de lluvia y dejo que me sanen, mientras penetran mi corteza y enriquecen mis raíces.

Crezco, al mismo tiempo que la fauna de mi cabeza se despierta de su largo letargo y comienza a rugir de nuevo.

Me levanto, sobre la bruma que cubrió mi bosque tanto tiempo, y por fin, puedo ver más allá.

Camino, siempre sola y siempre acompañada, junto a la jauría que conforma mi manada.

Aúllo, sintiendo el picor del aire que me quema, cuando me dejo la voz por las mías que ya no pueden gritar.