Un día, 24 horas, toda una jornada que a veces nos da tanto de si y otras tantas es simplemente, tiempo perdido.
Una sucesión de momentos que repetimos a lo largo de nuestra vida, en los cuales algunos siguen una rutina, otros no saben ni en que década se encuentran, y unos pocos, ven su esperanza desvanecerse poco a poco, a veces, algunos afortunados, verán por fin recompensa de sus actos..
Un día cualquiera, nuestra vida puede cambiar, un día cualquiera, nuestra suerte puede regresar, o un día cualquiera podemos ver todos nuestros sueños rotos al caer la noche.
La mayoría de las veces, pasan los días, las horas, y todo sigue igual, por ello, este omnisciente factor de nuestra corta e intensa vida es vanamente menospreciado, hasta que llega un instante, en el que se nos agota, o simplemente, el tiempo nos exprime tanto, que nos arrebata la vida que nos queda.
Hay algunos casos, en los que nuestro tiempo desaparece demasiado rápido, y en otras ocasiones, malgastamos este poco y valioso combustible, en cosas o personas que ni siquiera nos aprecian, por ello yo llamo a que nos paremos un momento a pensar, lo cual no sera tiempo perdido, y reflexionemos sobre todo lo que nos queda por vivir, por sufrir, por experimentar, por disfrutar, y casi mas importante, quien estará a nuestro lado en todos esos momentos.. Así que un día cualquiera, como hoy podríamos darnos cuenta realmente de que hacer con este tiempo, tan preciado, y tan escaso, en lo que nos queda de vida.
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