sábado, 31 de mayo de 2014

Depender tanto emocionalmente de una persona es insano.
A veces nuestro estado de ánimo depende solo de la forma de actuar que tiene una persona con nosotros, y nos influye tanto que podemos, posteriormente, realizar algunos actos hacia otras personas, de los que nos podríamos arrepentir. Es decir, podemos incluso menospreciar a otras personas que tenemos a nuestro alrededor solo por esta figura 'superior'.
Es curioso ver como un adolescente puede basar su vida entera en función de si la persona de la que depende actúa de una manera u otra.
En efecto, esto nos hace muy vulnerables, ya que una sola persona puede trastocarnos, e incluso 'cambiarnos' la vida momentáneamente, para bien o para mal. Que una persona consiga alegrarnos o empeorarnos todo un día por una palabra o un gesto, nos hace muy débiles emocionalmente.
Nos convertimos en personas manipulables, a veces adictas al afecto de una persona a la que idolatramos, por la que somos eclipsados.

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