Allí entre los árboles del bosque, se escondía.
Intentando refugiarse de algo que llegaría inevitablemente.
Hacia varios años ya que decidió retirarse en aquellas tierras, pensando que seria el mejor remedio.
Nunca quiso admitir, que realmente había huido por miedo, miedo a algo que marca un hito relevante en nuestra vida, un hito que nos iguala a todos.
Era comprensible, pasados ya sus 50 años, que estuviese asustada.
Su vida durante este retiro era muy sencilla, a pesar de la edad tenia el ingenio suficiente como para poder sobrevivir allí sola. Su escondite era un tanto peculiar, y hábilmente construido. La gran gruta erigida entre las raíces de los pinos era toda una maravilla arquitectónica, además de que su ubicación le aseguraba una gran protección.
De ella poco había que decir, una señorita de alta cuna, nacida en el seno de una familia importante de Londres. Ella era todo lo que su madre nunca quiso que fuera.
Soltera, había pasado la mayoría de su tiempo estudiando a alguna civilización perdida del sureste asiático, o escribiendo alguna de sus historias de novela policíaca, que trataban de mujeres diferentes al resto, como ella. Y esto nunca fue aprobado por su familia, principalmente por su madre, que lo aborrecía. Tenia un futuro diferente preparado para su niñita, que nunca aceptó casarse con los jóvenes que le proponían una tranquila y aburrida vida entre las élites de la ciudad.
Por todo esto, no tuvo reparo alguno en escapar de la sociedad, que tanto la había criticado, cuando tuvo la oportunidad...
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