Nos pasamos la vida intentando complacer a las personas que tenemos a nuestro alrededor, día tras día, dando lo mejor de nosotros, ¿para qué?
Para creer que hacemos lo correcto, para intentar apaciguar nuestra propia cólera con sus problemas, y para que un día simplemente desaparezcan de nuestras vidas tan rápido como llegaron.
Siempre está presente la típica frase encantadora que decimos a alguien cuando estamos conociéndole, intentamos que piquen el anzuelo, quizás para no sentirnos solos en un mundo tan hostil.
Intentamos apaciguar nuestra propia cólera, si, pretendiendo arreglar nuestros problemas apartándolos y centrándonos en los de los demás, en su dolor, y en realidad, los dejamos aparte para que sigan aumentando su tamaño, ¿para qué sirve arreglar la vida de los demás cuando la nuestra es un caos?
Creemos ser mejores y estar bien por hacer que otras personas sean felices, y nos olvidamos de nosotros.
También nos merecemos ser felices, también merecemos que nos cuiden, y que nos ayuden.
Al final llega el día en el que nos sentimos vacíos, sin ganas de seguir nuestro camino, sin esperanza.
Debemos darnos cuenta de que nadie nos acompañará siempre, y que non podemos dejar nuestra felicidad a merced de otros, solo tu mismo tienes el poder de elegir como quieres estar, todo depende de tus decisiones.
Solo necesitamos darnos un descanso, salir de esta rutina aplastante y pensar solo por y para nosotros.
Creo que todos deberíamos hacerlo, nos deberíamos dar ese tiempo para hablar con nosotros mismos, para ser personas mejores y más felices, y seguro que así haríamos felices a muchas más personas. A veces hace falta que encontremos a alguien para ello, alguien con quien disfrutemos, y que nos haga ver lo que verdad valemos. Pero solo nosotros somos poseedores de la opción de cambiar, para mejor o para peor, nunca deberíamos cambiar por nada ni por nadie que no sea uno mismo. Deberíamos sentirnos importantes en nuestra propia vida, imprescindibles, independientes y maduros. Deberíamos darnos cuenta de lo buenos que somos, y de lo mejores que podríamos ser, deberíamos aceptarnos y sentirnos bien con nosotros mismos, siempre.
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