domingo, 6 de julio de 2014

Una de las cosas más importantes para los escritores, en mi opinión, es la inspiración.
Si carecemos de ella es prácticamente imposible que podamos escribir algo decente, así que si, dependemos de ella.
Algunos buscan la inspiración en lugares que les gustan, otros en recuerdos, en personas, hay mil sitios donde encontrarla, pero a veces nos quedamos sin imaginación para pensar cual es el lugar idóneo donde la encontraremos.
En los momentos de sequía, la culpamos de todos nuestros males, pero lo que es de verdad interesante es la capacidad de buscar y rebuscar sin descanso hasta tenerla en nuestras manos.( o en nuestra cabeza)
Puede ser que creamos que ella simplemente viene sola, y a veces es así, pero es fascinante como un escritor encuentra en lo más hondo de su interior algo que sirva de verdad, algo grandioso.
Quien me conozca sabrá que las llamadas 'musas' son un factor importante para mi, pero esta vez he encontrado algo verdaderamente grandioso.Un pozo sin fondo imaginativo en el que podría nadar entre conceptos extraordinarios sobre los que hablar, si fuese material.
A veces cuando menos creemos en nosotros mismos y más bloqueados estamos llega alguien que con tres frases, nos abre los ojos, y eso si que es grandioso para mi.
Al menos ahora en esta búsqueda constante del tema perfecto, yo sé donde encontrarlo.
Por ello, deberíamos pararnos a pensar en todas aquellas pequeñas grandes cosas o personas que ayudaron a que las grandes figuras literarias nos deleitaran con su obra.
Y agradecérselo de corazón, por ser culpables en parte de habernos hecho sentir bien cuando peor estábamos, o de teletransportarnos a un lugar mejor cuando no veíamos la luz al final del túnel.

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